Las Guerras Clon forman parte del universo de Star Wars desde Una Nueva Esperanza, en la cual Obi-Wan Kenobi mencionó el conflicto por primera vez al hablarle a Luke sobre las hazañas de su padre. Por aquel entonces, George Lucas ya había ideado parte del trasfondo alrededor de dicha guerra, aunque no tuvo la oportunidad de desarrollarla hasta la llegada de las precuelas. Sin embargo, en el Episodio II solo se narra su inicio, y en el Episodio III, su fatal desenlace. Por lo tanto, las películas solo mostraron la punta del iceberg. Es cierto que esos tres años de conflicto se cubrieron exhaustivamente a través de la serie Star Wars: Clone Wars y las obras del Proyecto Multimedia de las Guerras Clon, pero Lucas quería narrar la historia completa de las Guerras Clon en sus propios términos.
Formando un equipo
Una vez terminó la producción de La venganza de los sith, George Lucas empezó a pensar en la forma en la que rellenar los huecos en la historia. Pronto se dio cuenta de que una serie de animación, debido a su potencial visual y a su formato narrativo, constituía el medio perfecto para ello. Para llevarla a cabo, fundó una nueva división dentro de Lucasfilm, Lucasfilm Animation, que abrió sus primeros estudios en California y Singapur.
El siguiente paso fue montar un equipo a su alrededor para empezar a trabajar en la nueva serie que acabaría recibiendo el nombre de The Clone Wars. Gail Gurrey, por aquel entonces vicepresidenta de Light & Magic, se convirtió en la líder de Lucasfilm Animation durante sus primeros años; Catherine Winder, quien contaba con un amplio bagaje en la animación televisiva, se unió al equipo como productora ejecutiva de la serie; y Rob Coleman, director de animación de las precuelas, sirvió como supervisor de animación de la serie.

Para la pieza más importante, la del director supervisor, Lucas buscaba a un artista de gran talento que sintiera pasión por Star Wars, pues, al fin y al cabo, la persona al mando de la serie debía entender el universo del que formaba parte. Dave Filoni encajaba a la perfección en el perfil. El animador destacó en sus primeros años como director episódico de Avatar: La Leyenda de Aang y su obsesión por la saga llegaba hasta el punto de que, en el momento en el que fue contactado por Catherine Winder, se encontraba preparando un disfraz de Plo Koon con motivo del estreno de La venganza de los sith.
Filoni encontró el compañero perfecto en Henry Gilroy, un guionista que ya había trabajado en algunos cómics de Star Wars así como en otras series animadas de renombre. Ambos empezaron a desarrollar ideas que más tarde le presentarían a Lucas buscando su feedback, el cual serviría para terminar de pulirlas. De este trío acabarían surgiendo la mayoría de historias que acabarían dando lugar a los distintos arcos de la serie.
Primeras ideas
Por aquel entonces, las Guerras Clon ya habían sido extensamente exploradas en el Universo Expandido y, por increíble que pueda parecer, a Dave Filoni le preocupaba romper la continuidad ya establecida. Es por eso que, cuando empezó a trabajar en The Clone Wars, su planteamiento inicial de la serie se alejaba de las batallas clave de las Guerras Clon y de la historia de Anakin Skywalker.
Según comenta el propio Filoni en El arte de Star Wars: The Clone Wars, originalmente The Clone Wars iba a seguir a la tripulación de un carguero similar al Halcón Milenario involucrada en el mercado negro, el espionaje de guerra y otras historias similares alejadas del eje principal de la guerra. El grupo estaba formado por un contrabandista basado en Han Solo, su novia y un gungan llamado Lunker. A ellos se les unían una padawan togruta llamada Ashla y su maestro, con quienes colaborarían para rastrear a traficantes de armas o frustrar los planes del Cártel Hutt. En algunos episodios puntuales, el grupo se involucraría en el campo de batalla y cruzarían sus caminos brevemente con Anakin y Obi-Wan.

Sin embargo, George Lucas quería usar la serie para rellenar los huecos que no había podido explorar en las películas, por lo que Dave Filoni y Henry Gilroy tuvieron que descartar sus ideas iniciales y empezar a jugar con los grandes protagonistas de las precuelas. De esta forma, Anakin y Obi-Wan pasaron al plano principal. Eso sí, algunos personajes secundarios que pensaban incluir originalmente, como Ziro y Rotta el Hutt, fueron adaptados en la serie. Casi 10 años después, Filoni rescató su planteamiento original de The Clone Wars y lo adaptó en Star Wars: Rebels.
La nueva padawan
Otro de los elementos que fue adaptado de las ideas originales fue Ashla, la padawan de la tripulación original. Desde un inicio, tanto Lucas como Filoni tuvieron la intención de incluir a una padawan entre los protagonistas de la serie; un personaje joven con el que su audiencia se pudiera sentir identificada y que fuese creciendo a lo largo de la serie de la misma forma que lo hacían los espectadores más jóvenes.

Ante el nuevo rumbo que tomó la historia, Filoni y Henry Gilroy pensaron en convertir a Ashla en la nueva padawan de Obi-Wan sabiendo que Anakin había sido nombrado caballero jedi al inicio de la guerra. Sin embargo, para su sorpresa, George Lucas quiso que Ashla fuera la padawan de Anakin. Esta nueva responsabilidad para Anakin sería una forma de explicar su transición desde el padawan impulsivo que vemos en El ataque de los clones al caballero jedi de pleno derecho de La venganza de los sith. Del mismo modo, desarrollaría un poco más la dinámica entre Anakin y Obi-Wan, quienes, con el curso de la guerra, acabarían estableciendo una relación entre iguales.
El propio Lucas reemplazó el nombre de Ashla por Ashoka en honor a Ashoka el Grande, el emperador indio de la dinastía Maurya. Henry Gilroy cambió una letra del nombre de lugar para darle al personaje un nombre único, quedando finalmente en Ahsoka.
Preparando el lanzamiento
En un primer momento, Filoni barajó la idea de adaptar al 3D el estilo de animación de la Clone Wars 2D, aunque finalmente prefirió buscar una identidad propia. Pese a ello, la serie de Tartakovsky tuvo cierta influencia en el diseño de personajes. Kilian Plunkett, el encargado de dicha tarea, siguió una estética más caricaturizada que realista, quedando definida por curvas intensas y formas gráficas angulares. La mayor fuente de inspiración en cuanto la identidad visual de la serie acabó saliendo de los artes conceptuales de Ralph McQuarrie. Tal y como reveló Filoni en El arte de Star Wars: The Clone Wars, querían que la serie luciera en pantalla como la animación de un boceto del artista.

El objetivo último del equipo de artistas y animadores de The Clone Wars no era otro que conseguir que George Lucas se sintiera orgulloso de su trabajo. Y lo cierto es que lo consiguieron. El creador acabó tan complacido que llegó a la conclusión de que el material tenía el potencial suficiente como para lanzar una película para cines. El largometraje en cuestión, estrenado bajo el nombre de Star Wars: The Clone Wars, sirvió tanto como una historia autoconclusiva como un prólogo de la serie y estuvo formado por un montaje de cuatro episodios que iban a formar parte de la primera temporada. Sus títulos iban a ser «La nueva padawan», «Castillo del engaño», «Castillo de la perdición» y «Castillo de la salvación». Este fue el principio de una historia que se extendió durante siete temporadas y que se ha acabado convirtiendo en una de las obras más influyentes de cara al futuro de la franquicia.
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