El presente artículo está contrastado con estudios oficiales en cuestiones de género y feminismo, no trata de atacar a Star Wars. Al revés, es una defensa, una forma de verlo que nos haga ver la maravillosa afición que compartimos y como esta no menosprecia a nadie y es un Universo donde todas y todos podemos disfrutar sin complejos.
La ciencia ficción y el cine siempre han estado altamente relacionados. La ciencia ficción hasta los años 70 claro que incluía a mujeres o personajes femeninos, pero normalmente los personajes femeninos no eran quienes realizaban la acción si no quienes la recibían. Eran un sujeto pasivo de la acción para entenderlo mejor. Siempre había un aventurero de género masculino con una chica o una mujer de género femenino, a la que, por ejemplo, él salva. Ella misma ni siquiera habría intentado soltarse de las ataduras e incluso, en ocasiones, el personaje femenino sencillamente se ponía las manos en el rostro por miedo a que el personaje masculino viniera a su rescate y muriera en el intento.
Puede parecer un tanto ridículo para nuestro sentir actual, y es que, por mucho que neguemos el cambio, este existe y, aunque gradual, desde que el cine existe, este ha tenido una transformación muy importante. Inicialmente, los personajes femeninos antes de que la ciencia ficción irrumpiera eran como se han descrito, pero en torno a los años 40 y 50 del siglo XX, entraron en escena personajes femeninos distintos y rompedores.
Si se han dado cuenta, he empleado el término “personaje femenino”. Esto es debido a que las mujeres humanas se veían igual que en las otras películas, pero aparecieron personajes de ciencia ficción femeninos que eran grandes líderes, que llevaban la acción de forma independiente. El problema es que estos personajes femeninos eran casi en su totalidad las villanas de la historia y alienígenas, la Femme Fatale (mujer fatal), pero en un análisis como el presente es justo mencionar esta evolución.
¿Quién era culpable? Los directores no eran en si mismos culpables de poner este tipo de personajes, o al menos no de forma directa y única. Era un reflejo de la sociedad del momento, y es por ello que quizás el querer alterar este parámetro podía suponer el fracaso de la obra o una ruptura.
Y es en este momento cuando debemos pensar en que en cualquier medio cultural existe una asimilación, una forma de identificarte con un personaje. Imagina ser una mujer que siempre es la recompensa al final de una aventura o la dama en apuros, y nunca a la inversa. ¿Te invita a entrar, no es eso forzarte a ser eso y nada más? Eso fue el cine para una mujer en aquella época.
No obstante, podemos ahora llegar a Star Wars. Entramos en los años 70. Los personajes femeninos seguían cumpliendo el esquema anterior en todos los géneros, y en contadas ocasiones las mujeres representadas eran otra vez mujeres fatales. Humanas, sí, pero bajo el estereotipo de una Eva que le robó el paraíso a la Humanidad.
George Lucas no solo crea un icono multigeneracional y rompe con lo anteriormente visto, sino que crea un nuevo tipo de historias y guiones corales. Se trata de crear una trama donde, aunque exista un o una protagonista, el peso de la acción y la trama ni tiene que girar a su alrededor, ni tiene que ser llevado por ese personaje. Y, para 1977, aparece un personaje que, unido a esto, supuso un antes y un después de la mujer en el cine… Si aún no sabes de quién hablamos, vamos a hablar mucho de ella: Leia Organa, interpretada por Carrie Fisher.

En el mundo de la cultura visual, existe algo llamado “empoderamiento visual”. Esto es mostrar a un personaje normalmente femenino fuerte o dueña de sus acciones, siendo un reflejo de luchar contra quien le dice “no”. Volvemos a 1977 y, ahora sí, a la primera película de Lucas. Carrie Fisher interpretó a un personaje inolvidable mientras exista Star Wars.
Leia Organa es una humana que desempeña un papel político de peso y que es dueña de sus acciones. No es un sujeto pasivo de la acción, aunque lo innegable es que el protagonista de la trilogía es su hermano, Luke Skywalker. De seguro en alguna ocasión han ridiculizado o hablado mal de una afición que tenéis. El argumento de que Star Wars es feminista o una saga que apuesta por la diversidad ha tratado de ser anulado con argumentos como un resumen ridículo de la trama. Aquí un ejemplo:
“Un chico que descubre su verdadero destino va a rescatar a una princesa y acaba venciendo al mal”
Si leyésemos esta descripción sin haber visto la película es obvio pensar que imaginaríamos la clásica película-historia de un cuento. Es lo normal. Pero, si lees este artículo, lo más seguro es que conozcas la saga y hayas visto mínimo Star Wars IV. Es decir, la primera creada en 1977. Y te pregunto, ¿ese resumen hace justicia a la película y sus personajes?.
Leia Organa no solo tiene poder político: es atrevida y luchadora ante el poder de sus enemigos. Cuando es capturada, pese a que Tarkin y Vader son más que intimidadores, no se achanta lo más mínimo, sino que les planta cara e insulta ambos. Era casi impensable en el cine ver a la princesa combatir de forma alguna a sus captores.
Es cierto que es una princesa (es cierto que la realeza no es un sistema de gobierno común en Star Wars, pero en este caso el personaje tenía dicho título en ese momento) y está en apuros. Chew, Han, Luke y Obi-Wan, bien acompañados por C3PO y R2D2, viajan a la Estrella de la Muerte para rescatarla. ¿Pero qué sucede en realidad?.
Tenéis justo encima el vídeo, no alteramos la realidad de la escena. Leia salva al grupo, sin ella jamás habrían salido de allí con vida y la aventura habría acabado. Toma la acción, la lleva y los demás son sujetos pasivos de ella. Se ha invertido la balanza y puesto a un personaje femenino donde antes no se le había visto, y no es una licencia, ni una inversión constante de unos roles. Hablamos del carácter del personaje y, como decíamos, lo coral de las tramas de Lucas.
Pensemos en Star Wars VI: El Retorno del Jedi. ¿Es Luke quién desactiva el escudo en la luna de Endor? ¿Quién arroja al Emperador a las profundidades de la estación? ¿O quién realiza el disparo que la vuela? La coralidad que Star Wars tuvo de forma inédita es que un personaje secundario era tan activo como el protagonista y no tiene que ir a su lado para ayudarle en su periplo.
Leia ha supuesto mucho para las vidas de muchas personas que han visto en ella una inspiración. Hasta literalmente su último aliento, no dejó de pelear por aquello que apreciaba. Una apreciación muy buena realizada por una fan anónima es que el físico de Carrie Fisher era muy menudo y, por tanto, era un componente más que el personaje no estuviese masculinizado.
Se trata de un concepto simple. Cuando una mujer vive entre hombres, para hacerse valer, adquiere rasgos más propios de ellos, como por ejemplo la ropa en talla y formas masculinas. Un ejemplo de ello podría estar en las mujeres que ejercen la política en la época de la película, como la dama de hierro (aquella por la cual tenemos un día de Star Wars precisamente), vistiendo trajes de cortes adaptados al cuerpo masculino. O, si vamos a algo un poco más actual, Angela Merkel, la canciller alemana.
Antes de pasar al siguiente apartado del artículo, debemos hablar del tema más peliagudo para una saga que ensalza estos valores para el feminismo.

Sencillamente, se esgrime el argumento, al igual que ocurría con el simple resumen de Star Wars IV, de que una imagen como esta en una trama es puro sexismo. Bien, ¿la esclavitud existe o ha existido? Desde luego, y el componente de ser esclava sexual también, pero, nuevamente, igual que se ha defendido la malicia de un resumen pernicioso, volvemos a la carga. Leia, prisionera de Jabba en aquel momento, estrangula a su captor con la cadena que la hace prisionera y escapa.
La película no pretendió ser sexista. La industria y el marketing posterior fueron los encargados de ello, y es una interesante crítica el uso de la violencia sexual en el caso de Jabba. Es por eso que podemos decir con orgullo ser fans de la saga galáctica de Lucas. Ahora bien, las cintas incluian solo a Mon Motha y tía Beru como personajes femeninos aparte de Leia. y con muy reducido papel. En cuanto a extras, solo las otras esclavas de Jabba, nada más. Es un punto a considerar.
El personaje de Leia tuvo una influencia poderosa en el cine hasta tal punto que todos los planes de la ciencia ficción posterior cambiaron. Podéis comprobar este aporte libremente en la red. Alien: El octavo pasajero es otro de los iconos más fuertes de este género del cine. Lo que quizás te pilla de sorpresa es que el personaje que se pensó para esta película era el teniente Ripley y no la teniente. Sí, tras el estreno de Star Wars, la poderosa imagen de Leia alteró los planes para la película y se descartó al veterano Paul Newman para este papel, eligiendo una protagonista y maravillosa actriz como Sigourney Weaver para el papel. Incluso décadas más tarde, ocurriría algo similar con la saga Terminator. Iconos de la ciencia ficción que siguieron la línea marcada por nuestra heroína intergaláctica.
Padmé Amidala, ¿un paso atrás?
El mundo de los años setenta había desaparecido 20 años después. El pensamiento había evolucionado y el feminismo retomaba una nueva ola en su lucha por la igualdad. En 1999, se estrenaba Star Wars I: La Amenaza Fantasma. El inicio de las precuelas tenía algo en común con su antecesora: una cantidad limitada de personajes femeninos (aunque ya las extras fueron recurrentes en todo momento, y certifico que vi estas películas un par de veces fijándome en los detalles).
Padmé Amidala es el personaje femenino más característico y, sí, comienza siguiendo la estela de su predecesora en todos los sentidos. Si habéis visto la serie Clone Wars, se entiende perfectamente que Padmé es anulada por el personaje de Anakin, quien le da órdenes y la retiene como un objeto. El ejemplo más claro es la temporada 6, capítulo 6:
Anakin es consumido por los celos, y la culpa de ello es la muerte de su madre y la “traición” de Padmé que lo arrastra al lado oscuro. ¿Es casual que fuera en esta época? No, los datos estadísticos reflejaron un fuerte repunte de la violencia de género en la población joven. Star Wars dio una respuesta, un mensaje. Lucas es bastante reacio a hablar con respecto a su obra, y parte de eso le ha dado un halo de misterio característico donde toda interpretación es posible. Viendo lo que había logrado en una época como los setenta, no tengo duda en el mensaje que Padmé daba con su cambio.
Clone Wars y Rebels
Ahsoka fue la primera vez que pudimos ver algo más de desarrollo femenino. Además de ser carismática, fuerte y poderosa, es emocional, y nos permitió seguir sus pasos y decisiones. Filoni creó por primera vez un personaje femenino en Star Wars que se interrelacionaba con personajes de su género con naturalidad y pluralidad. Aunque no sería el único, sin duda, cualquier fan ve en ella a un personaje inolvidable y excepcional. De igual manera en el lado oscuro, consiguió lo mismo con Ventress, que ve su mejor desarrollo en la novela Discípulo oscuro en la cual Filoni participó como soporte a Christie Golden, autora de una de las mejores novelas de este universo.
La fórmula que hemos comentado en el párrafo anterior se intensifica en Rebels, donde aparecen dos personajes independientes cuya relación es orgánica como protagonistas continúas en la trama. A título personal, me enamoré de la capitana Syndulla, seguramente porque veía en ella todo lo que aprecio de Leia pero incluso a mayor escala, incluida su historia de amor. Una piloto de nervios de acero que busca el bien de la galaxia por encima de su propia vida, sin masculinización de ningún tipo y con identidad propia hundida en las raíces de su planeta.
Corta mención en el catálogo de series para Cara Dune (The Mandalorian) y Tam Ryvora (Resistance), también dos mujeres de carácter fuerte e independientes con identidad propia además de combativas, pero que, en el caso de la primera por llevar solo una temporada en juego y en el caso de la segunda por motivos de la trama, no han tenido el desarrollo tan elevado de sus compañeras de galaxia, al menos por ahora. Qi’ra por su parte no deja de ser un personaje que es víctima de una serie de circunstancias. La pequeña Omega no deja de darnos reflejo de un concepto muy interesante, una «mujer» viviendo en un mundo dominado por hombres, y es que los clones son todos de sexo masculino y es por ello que inicialmente ella no es considerado un clon, su forma de integrarse al equipo obvio está asociado a que es una niña, podrían haber generado este concepto con un clon joven comun, pero por cuestiones de enriquecimiento de la trama, ha quedado en este lugar aportando además un carácter no tan arquetípico de un soldado (que habría sido un joven clon convencional como buen descendiente de Jango).
Rey, ahora sí, ella es la protagonista
En virtud de la polémica del tuit de la cuenta oficial de Star Wars, no pude evitar cambiar de lo que quería hablar en esta sección. Vender el físico de Carrie Fisher para hacer dinero es sexismo, usar la lucha de los derechos de la mitad de la población es rastrero como poco, pero, nuevamente, la película no tiene esta intención, el marketing y la industria son cosas distintas.
Hay un pensamiento que muchas personas tienen, y es que sentirse identificado con el protagonista de una historia se basa en tener caracteres parecidos. El género, por supuesto, es parte fundamental. He demostrado mi desagrado hacia la trilogía desde que en WookieeNews analicé el tráiler que nos ponía rumbo al estreno de Star Wars IX, e, incluso al hablar de nuestro querido Galaxy of Heroes, hubo malas palabras hacía ella.
Pero jamás será la culpa del resultado una protagonista femenina. De hecho, me atrevería a decir que es lo único positivo que puedo sacar. Al final, vi la ilusión de muchas niñas al disfrazarse como la protagonista de la trilogía secuela: “nosotras también podemos ser las protagonistas”. Es una mera cuestión de justicia. ¿Acaso debería molestarnos que, tras dos trilogías con un protagonista masculino, exista uno femenino? La respuesta aquí es obvia, en sus casas les dejo la suya propia.
El fracaso de la trilogía se debió a miles de factores, aunque no cabe duda que personificados la mayoría en el artífice principal de la misma, que nunca debió tener sobre sus hombros una responsabilidad de este calibre. Rey, interpretada por Daisy Ridley (la casualidad lleva a que, por tan solo una letra, no coincida con la querida Ripley que hemos comentado aquí), consiguió abrirnos aún más el camino. Desgraciadamente, le acompañaron las peores cintas de la saga (incluyo la de los ewoks, el odio es poderoso en mí, sí).
Rey es la protagonista y es, sin duda, el sujeto activo de la acción. Empodera visualmente y está acompañada del personaje clave de este artículo, Leia Organa. Además, aunque sean secundarias, los personajes femeninos tienen ahora una cierta relevancia en la trama, como Paige Tico al volar el destructor en Star Wars VIII (sí, gracias a cierto maestro del cine su hermana hunde este concepto). Tenemos en esa misma cinta a Amylin Holdo. Es cierto que el personaje puede no gustar y parece de simple relleno, pues su desarrollo más poderoso está en la novela Leia: Princesa de Alderaan, de Claudia Grey, donde se muestra un personaje con una fortaleza de espíritu y forma de ser muy particular.
La saga nos ha acompañado siempre, y es una cuestión de mera justicia ser iguales, nacer iguales y tener igualdad de oportunidades. Espero que este artículo demuestre que Star Wars no necesita cambiar, no necesita ser destruido, ni si quiera modificado para que esto suceda. Nuestra pasión se fundamenta en algo que es digno de admiración por sus valores.
Agradecimientos por sus análisis e información a: Manuel Benítez Bolorinos (Universidad de Alicante), Alex Rivero-Maldonado (Universidad de Málaga) y Verónica A. Wilson (Universidad de Pittsburgh at Johnstown).













Star Wars: Squadrons estará disponible el 2 de octubre para PlayStation 4, Xbox One y PC, y a través de realidad virtual (VR) en PlayStation 4 y PC.




