El Gran Almirante Thrawn y su importancia en Star Wars

Uno de los puntos más interesantes del primer tráiler de Ahsoka es la primera aparición en acción real del gran almirante Thrawn, un personaje que jugará un papel muy importante en los futuros eventos galácticos. De hecho, presumiblemente será el gran villano de la película dirigida por Dave Filoni. Sin embargo, Thrawn no es alguien que salga de la nada.

Su origen tiene lugar en Leyendas, pues fue creado por Timothy Zahn para la novela Heredero del Imperio, de 1991. La primera entrega de la Trilogía de la Nueva República supuso un antes y un después en el desarrollo del Universo Expandido, pues su rotundo éxito propició un incremento exponencial de la literatura de la saga. La novela revelaba al fin el destino de los protagonistas de la trilogía original 8 años después del estreno de El Retorno del Jedi y nos introducía elementos que tendrían un gran impacto en productos posteriores. Buen ejemplo de ellos son personajes icónicos como Mara Jade, Gilad Pellaeon o Talon Karrde, así como lugares tan importantes como el propio Coruscant.

25 años después de su creación, Thrawn fue introducido en el nuevo canon en la tercera temporada de Star Wars: Rebels, convirtiéndose en su villano principal. Esto dio lugar a la publicación de dos nuevas trilogías de novelas, las cuales narran su ascenso en el Imperio Galáctico y su vida en la Ascendencia Chiss. A continuación, repasaremos la historia de Thrawn y el motivo de su importancia.

La historia de Thrawn en Legends

En Legends, Mitth’raw’nuruodo, más conocido como Thrawn, fue un gran almirante imperial chiss, una especie que domina las Regiones Desconocidas bajo una aristocracia conocida como la Ascendencia. Como comandante de su Flota de Defensa Expansionaria chiss, Thrawn protegió a los suyos ante la amenaza de otra especie de la zona, los vagaari. Sin embargo, sus estrategias no siempre casaban con las políticas de su gente. Los chiss estaban en contra de entablar combate con un enemigo fuera de las fronteras de su territorio, mientras que Thrawn era partidario de emprender maniobras preventivas si eso suponía eliminar a una potencial amenaza. Por ese motivo, las Familias Regentes, los gobernantes de la Ascendencia Chiss, decidieron exiliarlo hacia el final de las Guerras Clon.

Primer contacto entre Thrawn y Sidious durante la campaña del Vuelo de Expansión (‘The Essential Atlas’).

Eventualmente, Thrawn fue encontrado y acogido por la armada imperial. Durante su servicio en la Ascendencia ya llegó a entrar en contacto con Darth Sidious, quien impresionado con sus excepcionales dotes de estratega. Por tanto, el emperador no dudó en acogerlo cuando le ofreció sus servicios. De hecho, fue el único no humano presente en las filas imperiales, así que ya podéis imaginar hasta qué punto destacaba sobre el resto.

El chiss era conocido por su brillantez táctica. Siempre iba un paso por delante del enemigo, y su amplio abanico de recursos le otorgaban una gran versatilidad en combate. Su inteligencia llegaba a tal punto que incluso era capaz de predecir los movimientos de sus oponentes mediante el estudio de su historia, su filosofía y su arte.

Thrawn creía en el Imperio como la única forma de mantener una galaxia unida y firme, de tal forma que fuese capaz de resistir las amenazas que acechaban más allá de las Regiones Desconocidas. En concreto, los chiss ya habían tenido pequeñas escaramuzas con unos invasores conocidos como los “misteriosos extranjeros”, quienes eran nada menos que los temibles yuuzhan vong. Ese motivo por el cual Palpatine lo envió continuamente a mapear y pacificar las Regiones Desconocidas. Allí construyó su propio imperio en las sombras conocido como el Imperio de la Mano, dedicado a combatir las amenazas en dicha zona. Precisamente fueron esas misiones las que evitaron su participación en la Batalla de Endor.

Durante los años posteriores a la muerte del emperador, el imperio se dividió en ambas facciones lideradas por distintos señores de la guerra, los cuales se querían apropiarse de su parte del pastel. Si el Imperio quería sobrevivir, necesitaba un líder capaz de unificar a los distintos caudillos para recuperar el terreno perdido ante la Nueva República. Ese fue Thrawn, quien regresó a la galaxia conocida alrededor del 9 ABY.

Thrawn y Gillad Pellaeon (‘The Essential Atlas’).

Thrawn tomó el mando del Quimera, el destructor estelar comandado por el capitán Gillad Pellaeon, quien se convirtió en una especie de protegido y alumno para él. Muy diferente era su trato con su tripulación, pues era implacable con la falta de dedicación de la nueva generación de oficiales imperiales. También contaba a su disposición con todo un grupo de comandos noghri, los cuales estaban liderados por Rukh, su asesino personal. Estos humanoides altamente cualificados para el combate servían a Thrawn porque habían contraído una suerte de deuda de vida con el Imperio. El chiss los usó para intentar capturar a los líderes enemigos, como Luke Skywalker y Leia Organa. Sin embargo, a la postre se convertirían en un arma de doble filo y en los grandes artífices de la derrota de su amo.

Con la flota unificada, Thrawn inició una campaña de ataques relámpago contra algunos bastiones de la Nueva República, entre los cuales el asedio de Obroa-skai fue especialmente importante para sus planes. Allí encontró la información que lo condujo hasta Wayland, el planeta donde se hallaba el Monte Tantiss. Dicho lugar albergaba en su interior un almacén secreto del emperador. Entre sus recursos se encontraba un dispositivo de camuflaje para las naves, vital para sus tácticas, y unas instalaciones de clonación que le permitirían ampliar exponencialmente sus tropas.

El Monte Tantiss.

Además, el Monte Tantiss estaba custodiado por Joruus C’Baoth, el clon loco de un jedi al que el propio Thrawn se enfrentó años antes de las Guerras Clon. El gran almirante aprovechó las habilidades de C’Baoth en la meditación de batalla para darle el empujón necesario a sus tropas en combate. Gracias a todos estos recursos, Thrawn logró poner en jaque a una Nueva República aún vulnerable, incapaz de controlar su vasto territorio. Además, usó sus grandes habilidades detectivescas para hacerse con la Fuerza Oscura, una flota de más de casi doscientos acorazados que llevaba perdida en el espacio desde los tiempos de la República.

La ampliación de su flota y el suministro ilimitado de clones fue clave para ampliar rápidamente el territorio bajo su control. A los mundos conquistados se le sumaban los sistemas neutrales que preveían la inmediatez de la victoria imperial. Thrawn incluso llegó a lanzar un ataque sobre el propio Coruscant gracias a los dispositivos de camuflaje. El golpe definitivo iba a tener lugar en Bilbringi, donde atrajo a la flota enemiga a una trampa. El triunfo del chiss parecía inevitable, pero todo cambió cuando fue asesinado por Rukh. Por si fuera poco, Luke Skywalker, Mara Jade y compañía acabaron con C’Baoth y destruyeron el Monte Tantiss.

Thrawn tras ser asesinado por Rukh (‘La última orden’ #6).

Ante el giro de los acontecimientos, Pellaeon ordenó la retirada de las fuerzas imperiales. Años más tarde, él mismo fue el encargado de reunificar a todo el remanente imperial, convirtiéndose en su comandante supremo. 10 años después de la muerte de Thrawn firmó el acuerdo de paz con la Nueva República que puso fin a la guerra. Además, gracias a todo lo aprendido junto al chiss, fue una de las piezas clave en la victoria de la Alianza Galáctica frente a los yuuzhan vong.

Thrawn en el nuevo canon

La historia de fondo de Mitth’raw’nuruodo, ha sido algo más desarrollada en el nuevo canon. Cabe destacar que su nombre de nacimiento era Vurawn, pero más tarde se lo cambió cuando, tras cosechar un excelente historial académico, fue adoptado por los Mitth, una de las Nueve Familias Regentes. Poco después entraría en la Flota de Defensa Expansionaria, en la que, gracias a su brillantez, fue ascendiendo progresivamente hasta el rango de alto capitán. Sin embargo, este ascenso no estuvo falto de controversia, pues, de la misma forma que en Legends, Thrawn estaba dispuesto a violar las políticas de los chiss si eso era lo necesario para proteger a su pueblo.

Durante los tiempos en los que el resto de la galaxia estaba sumida en las Guerras Clon, la Ascendencia se convirtió en el objetivo de la Hegemonía Grysk, una nación alienígena de las Regiones Desconocidas caracterizada por su carácter guerrero e imperialista. En pos de diezmar las fuerzas de los chiss, enviaron a algunas de sus especies satélites a atacarlos e incluso trataron de provocar una guerra civil entre sus Familias Regentes. Tras descubrir la verdadera naturaleza de la amenaza, Thrawn lideró a los chiss y a sus aliados en un enfrentamiento contra una avanzadilla de la flota grysk en el Sistema Amanecer, logrando destruirla.

Primer contacto de Thrawn con el Imperio (‘Star Wars: Thrawn’ #1)

Pese a la victoria, estos actos despertaron incomodidad entre la aristocracia chiss al haber violado su política contraria a las medidas preventivas. Thrawn sirvió como chivo expiatorio, asumiendo todas las consecuencias y siendo degradado y exiliado públicamente. Sin embargo, Thrawn y los líderes militares idearon un plan para que siguiese sirviendo a la Ascendencia: durante su ausencia, trataría de unirse al recién proclamado Imperio Galáctico. De esa forma, podría juzgar su potencial como posibles aliados de los chiss. En cambio, si descubría que el Imperio resultaba ser una amenaza para la Ascendencia, lo debilitaría desde dentro.

El plan tuvo éxito cuando un destructor estelar fue atraído al planeta del Espacio Salvaje escogido para su exilio. El chiss usó sus habilidades para infiltrarse en la nave imperial, logrando impresionar a su capitán lo suficiente como para que lo llevasen a Coruscant, ante el mismísimo Emperador. Thrawn llegó a un acuerdo con él; le ofreció sus servicios como militar y sus conocimientos acerca de las Regiones Desconocidas a cambio de su gratitud con la Ascendencia Chiss.

Thrawn analizando a los Espectros de Lothal.

Thrawn pasó un tiempo de formación en la Real Academia Imperial para familiarizarse con el funcionamiento del Nuevo Orden. Lo hizo en compañía del cadete Eli Vanto, quien le serviría como traductor dado que aún no comprendía totalmente el idioma. El joven siguió cumpliendo la función a su lado cuando ambos se graduaron y pasaron a formar parte de la Armada Imperial.

Gracias a su experiencia militar, Thrawn escaló rápidamente en las filas imperiales. De la misma forma que en Legends, las claves de su éxito recaían en su capacidad para observar y analizar hasta el más mínimo detalle. Esto le permitía entender la personalidad de una individuo con tan solo una conversación, o descifrar las tácticas de un enemigo estudiando sus obras artísticas. También conservaba su tendencia hacia la enseñanza. Ya desde sus tiempos en la ascendencia chiss trataba de instruir al personal bajo su mando a través de la mayéutica. Es decir, en lugar impartir mecánicamente su doctrina, permitía que sus alumnos llegasen por sí mismos a la conclusión correcta cuestionando sus propios análisis. El ya mencionado Eli Vanto o la comodoro Kayrin Faro se convirtieron en sus alumnos más destacados.

Faro, Vanto y Thrawn durante la Batalla de Bartonn (‘Star Wars: Thrawn’ #6).

Su mayor punto débil era la política, lo cual le empezó a jugar problemas a medida que avanzaba su carrera. De hecho, muchos altos rangos molestos con su rápido ascenso, especialmente tratándose de un alienígena, explotaron esta debilidad en pos de entorpecer su progreso. En ese sentido, su mayor apoyo fue la gobernador de Lothal, Arihnda Pryce, de quien se ganó el favor cuando aún era comandante. Gracias a ella recibió su ascenso a comodoro y el mando del Quimera, el destructor estelar que se convertiría en su nave insignia.

En el 2 ABY, tras haber lidiado con unos insurgentes en Batonn, Pryce volvió a jugar un papel importante en su carrera. La gobernadora sugirió su ascenso a gran almirante y le consiguió el mando de la Séptima Flota a cambio de su ayuda en la eliminación de la amenaza rebelde del Sector Lothal. Sin embargo, el chiss tenía planes más ambiciosos. Consciente de que formaban parte de una rebelión mucho mayor, durante meses se dedicó a analizar pacientemente a los rebeldes. Estudió su pasado y la cadencia y las ubicaciones de sus asaltos, dejándolos escapar si era necesario, en pos de encontrar la base de su flota.

La estrategia de Thrawn dio sus frutos y localizó a los rebeldes en Atollon. Allí, la Séptima Flota lanzó un bloqueo sobre el planeta y diezmó de forma considerable a la flota enemiga. Posteriormente, él mismo lideró el asalto en tierra y solo la intervención del Bendu, una entidad de la fuerza nativa, pudo evitar que sus tropas eliminasen a los líderes rebeldes. Pese a dicho contratiempo, el chiss logró una victoria prácticamente absoluta.

Thrawn y Pryce durante la Batalla de Atollon.

Es preciso mencionar que, pese a su firme servicio al Imperio, Thrawn siguió sirviendo a la Ascendencia Chiss. De hecho, durante los años previos a la Batalla de Yavin colaboró con los suyos en algún que otro enfrentamiento contra los grysk. En uno de ellos contó con la ayuda de Darth Vader e implicó el rescate de varias niñas chiss cautivas. En esa misión descubrió la verdadera identidad del Sith como Anakin Skywalker, a quien conoció durante las Guerras Clon. Poco después tuvo lugar otro enfrentamiento en el que juntó fuerzas con la almirante Ar’alani, una vieja conocida suya de la Ascendencia, para derrotar a una avanzadilla grysk que se adentró en espacio imperial. Además, durante sus años en el Imperio trató de reclutar a varios activos para la Ascedencia, por ejemplo a su discípulo, Eli Vanto.

Los años que Thrawn pasó junto al Imperio no ocurrieron sin consecuencias. El chiss siempre había destacado por su férreo sentido del honor. Al contrario que muchos de sus iguales, él no perseguía el poder con sus ascensos de rango, si no simplemente la oportunidad de hacer las cosas como es debido. Esto se reflejaba también en la forma de afrontar sus misiones, pues solía tratar de minimizar las perdidas humanas y materiales innecesarias, tanto por la parte de los civiles como por la de sus tropas. Sin embargo, debido al paso de los años y a su colaboración con oficiales sedientos de poder, tales como Tarkin, Vader, Pryce o el gran almirante Savit, Thrawn se fue corrompiendo cada vez más, adquiriendo un carácter despiadado. Esto fue palpable en su regreso a Lothal.

Última imagen de Ezra y Thrawn antes de su desaparición.

En el 1 ABY, tras unas semanas ausente en las cuales tuvo que defender el proyecto de su defensor TIE ante el emperador, Thrawn regresó a Lothal, cuya capital había sido tomada por los rebeldes. El gran almirante inició un bombardeo que destruyó parte de la ciudad en pos de forzar la rendición de su líder, Ezra Bridger, quien se presentó ante él en el Quimera. Sin embargo, subestimó los poderes del jedi. Bridger atrajo a toda una manada de purrgil, los cuales, una vez allí, atacaron a las naves de la Séptima Flota. Bajo su control, las criaturas saltaron al hiperespacio, conduciendo al Quimera hacia un destino desconocido.

El futuro de Thrawn

No sabemos donde acabaron Ezra y Thrawn, pero está claro que el sacrificio de Ezra mantuvo al gran almirante fuera del tablero de la Guerra Civil Galáctica. Quizá el desenlace de dicho conflicto hubiera sido distinto si el Imperio hubiera podido contar con los servicios del genio militar chiss. En cualquier caso, este nuevo exilio forzado fue temporal, pues, como vemos en The Mandalorian 2×05, para el 9 DBY ya había recuperado parte de su influencia en la galaxia conocida. Esto quedó confirmado con su posterior aparición en el teaser tráiler de Ahsoka, donde vimos su primera imagen en acción real.

Tratándose Ahsoka de un producto del nuevo canon, quizá os estéis preguntando el motivo por el cual en este artículo hemos incluido un apartado de casi 1000 palabras dedicado a la historia de Thrawn en Legends. Pues bien, todo parece apuntar a que, en la serie, el chiss jugará un papel muy similar al que ejerció en la trilogía de la Nueva República. Su regreso a la galaxia se produce en unas circunstancias muy similares, y la propia Ahsoka ya nos confirma que ha tomado el control de las distintas facciones del remanente imperial, postulándose como su heredero. Además, en la imagen del tráiler en la que vemos a Thrawn se puede apreciar que este se encuentra en el Monte Tantiss.

El protagonismo de Thrawn irá mucho más allá de la serie, pues muy probablemente sea el principal antagonista de la película dirigida por Dave Filoni. Dicha cinta narrará un gran evento climático en el que convergerán las tramas de todas las series de acción real ambientadas en la era de la Nueva República. Además, ya nos han confirmado que su trama rescatará varios conceptos del Universo Expandido.

Ya sabemos que Thrawn no tendrá éxito en su empresa dado que para los tiempos de las secuelas la Nueva República seguía gobernando la galaxia. Queda por ver como enfrentará dicho gobierno a la nueva amenaza imperial, pues en los tiempos en los que sucede Ahsoka se encuentra en un estado bastante precario. Además, tras la Guerra Civil Galáctica, Mon Mothma aprobó la reducción de sus fuerzas armadas en un 90%, por lo que se encuentra indefensa ante una amenaza de tal calibre. Lo que sí esta claro es que esta vez no podrá ser asesinado por Rukh, quien murió en Rebels.

En Legends, Thrawn emprendió la guerra frente a la Nueva República porque consideraba que solo una galaxia unida bajo el dominio imperial sería capaz de resistir a la amenaza que suponían los yuuzhan vong. Finalmente, dicha especia lanzó su invasión unos 15 años después de la muerte del chiss y estuvo a punto de hacerse con el control total de la galaxia. El papel de los vong en el canon lo cumple la Hegemonía Grysk. Es probable que el regreso de Thrawn en la nueva continuidad sea debido al mismo motivo. Está por ver si la historia se repetirá y veremos a los grysk lanzando una invasión a gran escala en el futuro, por ejemplo durante la película protagonizada por Rey y la Nueva Orden Jedi.

VictorJPerico
VictorJPerico
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